sexta-feira, 25 de maio de 2007

OFRENDA DE HUMILDAD

Toma Madre este ramo de mi sangre
y este calor de mis desvíos
y oye estos versos que te entrego
por los pecados de todos Madre mía
Toma Madre mis ojos en la estrella
siempre emigrantes como el río
mis húmedos ojos que no cesan de llorar
por los que de Ti ya se han perdido
Toma Madre mis labios en el cielo
y en la dulzura del racimo
del Niño que en tus brazos llevas
Inmensidad como por quien en Ti ha creído
Toma Madre la voz de mis palabras
y el verbo que al amor se ajusta
toma la visión que es justa
para saber para qué vivo
Toma Madre mis manos en la entrega
de haber servido a quién a mi vino
mis manos que ahora de dolor tiemblan
en un silencio de humana arrepentida
Toma Madre mis brazos, que te amarren
como la blanca tez al lirio, con Tu Hijo
igual que el cielo del día y de la tarde
se ata al lucero vespertino
Toma Madre mi alma entristecida
con la flaqueza de los pecados
mi alma que busca enloquecida
la redención de los martirios
Toma Madre todos mis caminos
los que crucé bien o fué de olvido
para que forjes para mi el motivo
de hallarme a Ti de amor ligada
Toma Madre este lecho de mis venas
purificado en el silencio de mis penas
que de la únión con Tu divino amor
le pedié la bendición También a Tu hijo
Danos Madre la Luz de tus pupilas
para alumbrar nuestro destino
que yo te ofrezco de rodillas
mi primitva voz de siglos

Sem comentários: