sexta-feira, 28 de setembro de 2007

EL CHICO Y EL CENTENO

Hace mucho la noche se hizo aquí,
Y el ladrido de los perros saluda las premisas,
Lógicas o no, del suave canto del centeno,
De las rudas batallas al sol, entre lizas.

Desgranado el cereal, por el total de la estera,
El madurar es necesario y las sobras
Se sublevan, aún que al lado de las semillas,
Que forman sinuosas sombras, con que escojo

Observar, de lejos, mientras el frio
Se hace presente, en esta larga y despierta noche,
Em que fuí elegido para ser el dueño de la mecha,

Que quema sin parar, apartando animales,
Cuando les propongo um agresivo azote,
Si el atrevimiento pasa más allá de los canaviales.

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