quinta-feira, 31 de janeiro de 2008

UN AMOR MAS GRANDE

Nada puede cegar esta hermosura
de ver a los niños cerca a Jesús
cuyo aliento les inspira y les da luz
mientras se adpatan al frío que motiva
sus pasos hacia el desarrollo de su realidad
que aviva su delicadeza y su ritmo
armonizando cada paso para su madura
forma de concebir e interpretar la verdad

El corazón de un niño sabe a rocio
siempre tiembla bajo el cielo
porque la vida con ellos es profunda
clara, nítida y diamantina, es río
caudaloso que sigue con Jesús su curso
mientras ellos van tallando las huellas
bellas de su andar que es infinito

Tienen con Jesús afán de golondrina
y juego de cabellos y mariposas
mientras su piel de almendra adivina
que hacen para Jesús y El afina
las notas que quedarán en su alma
preparándoles para su progreso
respondiendoles a todo eso que tendrán
como interrogante para su evolución
en su dorado aroma de juventud

Con sus ojitos que le iluminan
siguen los niños su ruta celestial
en este momento cuando afinan
su instrumento musical y atinan
a encontrar su verdad, unos con pena
a veces otros sonriendo y jugando
cada segundo su inocencia amando
y descubriendo lo que Jesús enseña
con cada latido el corazón insiste
porque es por El que Dios existe

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