Toma tu vida en tus manos, y no entregues la dirección de ella a nadie. Por más que te amen, por más que deseen, tu bien, sólo tú eres capaz de sentir lo que realmente sientes, y aquello que te pasa, para los demás no siempre corresponde a lo que va en su alma. ¿Cuántas veces ya sonreíste para disfrazar una lágrima? ¿Cuántas veces quisiste gritar y sofocaste el llanto? ¿Cuántas veces quisiste salir corriendo de algún lugar y te quedaste por educación, respeto o miedo? ¿Cuántas veces deseaste sólo un beso, y te quedaste con la boca seca esperando lo que no vino?
¿Cuántas veces todo lo que deseaste era sólo un abrazo, un consuelo, una palabra amiga y sólo recibiste ingratitud? ¿Cuántos pasos fueron necesarios para llegar hasta donde llegaste? ¿Cuantos saben dar el valor, que realmente mereces? Criticar es fácil,
pero usar tu zapato nadie quiere, vestir tus dolores nadie quiere, saber de tus problemas, aunque sólo fuera por curiosidad, por eso, no entregues tu vida en las manos de nadie, nada de creer que sin esa o aquella persona, no vas a vivir... Vas a vivir sí, el mundo continúa girando, y si lo dejas, puede traerte algo mucho mejor. Toma la dirección de tu vida y apunta rumbo al Sur, allá donde la placa dice "camino del sol", bien en la curva de la felicidad, que te espera sin prisa, para vivir con amor e intensidad, la paz, la armonía y la felicidad...
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