Que el hombre codicia todos lo sabemos,
No soportando nada de los outros;
Que el homem envidia, aqui bién cabemos,
Como suciedad pueril pegada en la vajilla.
La soberbia y la lujuria imperan en el reino
Y el hombre se compromete sin cumplir
La palavra dada; es todo cuestión de entreno
Y la mentira se vulgariza. se ríe...
Cuanto más fácil no es ser honesto,
Dada la palabra, llevárla hasta el fin,
Llevando adelante el regio protesto.
Tenemos que ser unos para los otros -se dice,
Ser vecino del vecino y esperarlo aquí.
Antes de que la palabra por sí sola se esfumase.
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